Papá Pitufo, Papá Pitufo!!!

“No estaba Papá Pitufo y se notó. Sin Papá Pitufo los Pitufitos no sabían donde buscar las frutas en el bosque. Menudo panorama queda en la aldea sin Papá Pitufo, y con Pitufina y Pitufo Gruñón al frente de los intereses pitufinos”.
Sería una buena historia para el belga Peyo, sin duda, en ese universo creado por él y por esa especie ficticia de criaturas azules de pequeño tamaño.
Pero cualquier parecido con la realidad es más que pura coincidencia. Como dijo el gran maestro de Úbeda, Joaquín Sabina, "que nadie se sienta aludido, a mi las moralinas me hacen vomitar". O que sí se sientan aludidos, da igual. La jerarquía pitufil es así… incompetente sin Papá Pitufo, y con él también; aunque deberían pensar en que Pitufina y Gruñón no sean los sucesores del Papá Pitufo aunque éste esté ya demasiado desgastado, superado, saturado, cansado y amortizado para seguir al frente de la aldea. ¿No hay un pitufo listo? Alguno habrá, recuerdo uno con gafas… algo así como el Gallardón de Pitufilandia, era Filósofo que no Filólogo.
Pero bueno, dejemos a los pitufos tranquilos y hablemos del Pleno. ¿O estábamos hablando ya de él? Largo y de pena. Largo, porque duró más de cinco horas, ¿Por lo puntos principales y para aprobar del orden de día? No. Por las tediosas, cansinas, aburridas y plúmbeas intervenciones del PP.
Y de pena porque resulta cuanto menos curioso, que lo que antes criticaban los del PP a los socialistas, ya que era el único sistema que éstos tenían para expresarse formalmente y de forma pública ante la gestión municipal caciquil que padecían, cuando los mismos que ahora ejercen esa acción estaban en el Equipo de Gobierno, … ahora lo utilizan pero sobremanera, como en ellos en habitual, de forma exagerada, abultada y deforme con su marca ya tradicional en esa casa. Lo llevan a extremos de duración infrecuentemente vistos, y sin apenas precedentes en la vida democrática bejarana. Siguen con su peculiar "coherencia", poniendo en práctica lo que antes criticaban y de lo que se quejaban agriamente. ¿Doble moral? No nos sorprendería, siendo la conducta ya rutinaria y a la que nos tienen acostumbrados.
Llevamos nueves meses, un embarazo, de vida de esta nueva legislatura y esa ha sido la tónica que ya es átona. Se intentó poner pie en pared y se acusó de censura y de intentar cercenar la libertad de expresión. Curioso también que se alcen como adalides de la libertad de expresión aquellos que quieren cerrar bocas a profesionales pidiendo su cabeza ante sus jefes, o intentando acallar medios con líneas editoriales independientes. Pero alguien debe poner unos límites o fijar un nuevo reglamento para que esto no sea así toda la vida… sino, en vez de plenos, deberíamos llamarlos Purgatorios, sobre todo para los compañeros de la prensa que tuvieron que aguantar estoicamente hasta la finalización de la sesión plenaria para cubrirlo en sus medios. Por cierto, que no todos los medios aguantaron hasta el final. ¿Adivináis quien se fue antes de que finalizara la sesión? Nos imaginamos que la ausencia fue debida a que ya se sabría de memoria las intervenciones de sus dueños, amos y señores.
Otro compañero también se tuvo que ir, pero por otras causas, después de soportar ciertas alusiones y tratamiento despectivos a sus familiares. Y es que si la cosa la derivamos al terreno personal… mal vamos, amigo Gruñón, porque ahí, a todos nos escuece, ¿Lo pillas? Más vale que veamos la viguita en nuestro propio ojito (u ojete), y no la pajita en el ajenito. Esto es Béjar, y todos nos conocemos, aunque sea mal y de vista.