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Juan Belén Cela |
Que cada uno saque sus conclusiones
aunque, si el barco zozobra, no busquen culpables en la tempestad,
están más cerca; en el sectarismo, en laineptitud, en la soberbia,
y en la presencia de arribistas chabacanos.
Esta situación, dada por la
ausencia de una singladura razonable y la ‘inestimable’ ayuda de determinados
advenedizos muy ocupados en lamer nalgas de los nautas de turno, nada
tiene que ver con la ardua labor llevada a cabo por notables capitanes del
navío centenario. Oficiales bregados en mil batallas pero con entendimiento,
humildad y tolerancia. En ese galeón ya no queda sitio ni para el recuerdo
a sus ilustres dirigentes.
En Béjar ha sucedido algo inédito en
la longeva travesía, de vergüenza, pero que, visto el bagaje postrero, ya
no sorprende a nadie:
Los socialistas bejaranos NO han
realizado siquiera un sencillo homenaje póstumo a una de sus más
insignes figuras: El primer alcalde bejarano de la democracia, por el PSOE, Don
Juan Belén Cela. Para mayor reprobación, ha sido el equipo de Gobierno del
Partido Popular quien ha promovido el reconocimiento con la propuesta de nombramiento de Bejarano Ilustre
aprobada por unanimidad en la última sesión plenaria.
En BÉJAR FM no han sido pocas las
manifestaciones enviadas por nuestros lectores para mostrar su indignación y
pesar ante este “ignominioso comportamiento (así lo definía el más
benévolo) de los socialistas bejaranos”.
Nuestros lectores han manifestado a
esta redacción, entre otras muchas cosas: Que es “una pena que su
propio partido no le haga ni un recuerdo”, que es “triste lo que está
pasando en el PSOE de Béjar”, que se sienten “profundamente decepcionados”, que
nunca se les habría pasado por la cabeza “que fuera un alcalde del PP el
primero en homenajear a Cela” y proponerlo como Bejarano Ilustre “ante la
pasividad de sus propios compañeros de partido”.
Llega a tal punto el sectarismo
implantado que, estos interlocutores, muy próximos al PSOE y a la
ASB, nos han solicitado que no citemos sus nombres en el editorial “por
temor a desquites de ciertos personajes”,arrimados tras conseguir la plena
estabilidad de su sustento mediante el dudoso mérito de la
‘designación digital’.
Conocidos representantes socialistas
aducen: “Nos hubiera gustado más queeste reconocimiento le hubiera llegado en
vida”. Razón no les falta, pero teniendo en cuenta que Cela dejó el cargo
en 1987, tiempo para prepararlo se ha tenido de sobra: 26 años. Habría
que preguntarse entonces por qué no se hizo en su momento, cuando
Cela aún vivía. Y subconscientemente reconocido ese craso error, ¿por qué
una vez fallecido, desde hace más de cinco meses, no se ha celebrado ningún
homenaje aún?
[¿Continuará…?]